Escribir luego de un tiempo tiene sus pro y sus contras, en principio se pierde parte de la crónica, la que se refiere a lo deportivo, a la performance de cada uno de los integrantes del equipo. Si bien es cierto que podría buscar algunos datos en la web de la AAU y tratar de reconstruir ese pasado reciente -algo no muy complicado para un historiador- se perderían dos hechos que fueron muy significativos del domingo en Florida.
La ida en tren es algo especial, se disfruta más, uno aprovecha a viajar en familia. Comienza distinto porque el día anterior tiene que preparar la vianda que al día siguiente compartirá con el resto del equipo, también por el madrugón, por la espera en una estación a que pase el tren. Los personajes que aparecen en el viaje, todos recordamos a "Marta Sanchez" la "desesperada", sobran las palabras...
Luego la llegada a la ciudad y la caminata hasta el lugar de salida, parece una peregrinación de atletas al podio que solo unos pocos lograran pisar, aunque cruzar la meta en una competencia con uno mismo es la gran lucha.
De la carrera, una sola cosa interesante, mi hermana me comió en dos panes. Menos mal que este año no le aposté nada!!! Me ganó y me ganó bien -y lo sigue haciendo-.
De la carrera, una sola cosa interesante, mi hermana me comió en dos panes. Menos mal que este año no le aposté nada!!! Me ganó y me ganó bien -y lo sigue haciendo-.
Pero la parte más divertida -tragicomica a mi gusto- se dio después de la carrera. Habiendo sufrido el año anterior haber tenido que bañarnos en pleno invierno con agua fría, este año optamos por ir al club 10 de julio -creo que ese era el nombre- que decían que quedaba a unas 5 cuadras... caminamos unas cuadras y no encontramos nada, seguimos caminando y nada, al final preguntamos y todavía faltaba! ya encaminados hacia la ducha de agua caliente, decidimos seguir. Creo, sinceramente que la gente que vive en el interior del país se aprovecha de nosotros, los citadinos, en estas situación para vengar la superioridad que llevamos altaneramente más allá de los límites de Montevideo, como bien lo muestra cualquier humorada de los Gauchos Patones.
La desilución fue total cuando finalmente al llegar no había agua caliente, nos encontramos con un gimnasio medio lleno por la disputa de un torneo de voley femenino, que seguramente fuera el causante de la escases del agua caliente -todos sabemos que pasa con un calefón luego de que una mujer se ducha- en fin, nos bañamos con agua fría.
Luego de ducharnos, con Facundo nos habíamos vestido bastante más rápido que nuestro capitán, viendo la hora e intentando ser cautos emprendimos el regreso, mientras Pablo terminaba de vestirse. Caminamos bastante rápido, intentamos hacer dedo, pero fue infructuoso, a lo lejos nos esperaban algunos lujuriosos. Lo cierto es que llegamos al tren unos minutos antes de que partiera, intentamos detenerlo, ahí comprendimos la frase: "se va el tren", es que ese volido de hierro no suele esperar, solo resta conocer la otra parte de la historia...
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