LyS en Colonia del Sacramento

LyS en Colonia

Por muchas cosas esta carrera era muy esperada. Bueno, capaz que no eran tantas. No sé. Fue la primera 1/2 maratón del grupo en el interior y era la confirmación o no de los rendimientos que se habían dado en Montevideo.

La presencia de tres participantes pasó a dos, ya que Sebastián manifestó estar apuntando sus baterías a ganar la apuesta que mantiene con el capitán. De hecho, parece que sería el único de los dos con chances de ganar, pero tiempo al tiempo.

La previa se hizo un poco, bastante, muuuuy larga dado que se pudo conseguir transporte para la madrugada y llegamos a las ¡6 de la mañana! Tampoco hay que pasar por alto el hecho de que el destino del bus era ¡¿Bella Unión?! y eso casi nos cuesta perder a dos de nuestros tripulantes. Se vivieron momentos de tensión mientras una señora no se terminaba de acomodar en su asiento y los que subimos en Tres Cruces no sabíamos si los que subían en Plaza Cuba lo habían hecho.

Linda la terminal de Colonia, aunque se la tendrían que jugar y poner cable. La muy fría jornada no daba lugar a inventos y caminatas salvo para ir a recargar agua caliente y los bizcochos de rigor. Sobre las 8 y cuarto encaramos hacia el casco histórico, a unas 10 cuadras, para preparar la carrera.

En esta oportunidad corrimos los Pablos. En el primer tramo metimos un parcial de carrera de 10 km, que a la larga nos daría dificultades para terminar, pero que en el corto plazo nos mantenía en buena posición. Ya en el comienzo noté que las bajadas por los coloniales adoquines pasarian a ser trampas mortales en el ascenso al terminar. Sobre los 15 km, Dogliotti recuperó el aire y se colocó al frente y Cereijo no pudo seguir al pie, aunque no perdí tanto terreno al ver los tiempos finales. Ambos terminamos molidos y vimos con agrado que era la sensación predominante para todo el mundo.

Mención destacadísima merecen los seguidores del equipo. Victor y Nathalia se las ingeniaron vaya uno a saber cómo para pasar ese largo rato que nos lleva completar esta distancia. Las gracias por acompañar.

Los registros fotográficos resultarán diversos. Nobleza obliga, no llevamos ninguna de nuestras máquinas, y la solidaridad deportiva recurrimos. Los Rápidos Oruga no sólo tomaron nuestras primeras imágenes en el lugar, si no que confiaron su aparato a nuestro cuidado y al parecer eso habría sido causal de varias de las desgracias con suerte que tuvieron que sobrellevar. Salú, muchachos.

Hasta la próxima.